Monseñor Eugenio Arellano fue terminante al señalar que el bien no hace ruido, el mal hace el escándalo. Puso como ejemplo que muchas chicas tranquilas nadie habla de ellas, pero si hay una joven altanera, todos hablamos de ella, puntualizó.
Añadió que Esmeraldas ha cambiado y ha cambiado mucho; es verdad que sigue habiendo, robos, asaltos, sicariatos, venta de drogas, pero también es verdad que la mayoría de padres y madres cuidan a sus hijos para no caer en estos males.