Al entrar observó a un policía al extremo de local y minutos después vio entrar al ladrón.
"El ladrón dejó de robar y levantó el arma para apuntar al policía, ahí yo me pongo de espaldas a él y alcanzo a tirar a mi hijo al piso cuando escucho el primer disparo. En total escuché dos, y ahí veo que mi hijo tenía sangre en el pecho", recuerda Obando a BBC Mundo.
La muerte de Sebastián Obando pareció rebalsar el vaso.
Un día después, el presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, declaró el estado de excepción en todo el país "por grave conmoción interna" ante la ola de violencia que tiene a Guayaquil en el epicentro.