La ciudadanía esmeraldeña viene exigiendo a las autoridades del ejecutivo y a la policía en especial devolver la seguridad que hemos perdidos en los últimos meses, retornando a ser un pueblo de paz donde los niños y jóvenes puedan divertirse de lo mejor en todos los sectores de la urbe.
En la actualidad los abuelos y padres no pueden salir con sus hijos y nietos ni a la playa ni a los parques por el miedo que tienen de ser agredidos por los delincuentes que hoy trabajan desde las 06h00 para contar con recursos para satisfacer sus vicios.
En nuestra ciudad el sicariato juega al pepo, al igual que los robos y asaltos que se generan 24/7 en el medio.
La Policía señala que los explosivos no se producen en el medio sino en países vecinos lo que se suma no tener competencia en controles en la frontera y solo les corresponde prevenir y atacar a los delincuentes.