Hace seis días, las mafias del narcotráfico se enfrentaron en ese popular sector del norte de la ciudad manabita. La balacera duró dos minutos, pero atemorizó al vecindario.
Tres sicarios, a bordo de una camioneta, llegaron a una casa y acribillaron a cuatro miembros de una misma familia. Las víctimas fueron sorprendidas en una fiesta de cumpleaños.
Los vecinos recuerdan que todo fue un caos, pues el ataque se perpetró a las 13:00 y cerca de la fiesta había niños, mujeres y ancianos. El llanto de los pequeños y el grito de las madres era lo único que se escuchaba después del tiroteo.
La Policía aún investiga el violento ataque, pero sospechan que se trató de una represalia por la pérdida de un cargamento de droga que se debía enviar por el puerto de Manta. Las víctimas trabajaban en esas instalaciones y tenían contacto con mafias. La Fiscalía también tiene esa hipótesis.
De hecho, las dos instituciones dicen que en el último año, la ‘guerra’ desatada entre organizaciones narcodelictivas, que inicialmente estalló en Guayas, también ha repercutido en Manabí. Entre el 1 de enero y el 10 de junio de este año, 88 personas han sido asesinadas en Manabí. La cifra implica un incremento del 175% frente a los crímenes registrados en el mismo período del 2020, cuando hubo 32.